Como profesor de educación de secundaria de la asignatura de lengua francesa en la enseñanza pública, y como lector habitual de la prensa francófona tanto en papel como en línea, he constatado que la lengua española, y por tanto la prensa de nuestro país, no ha cubierto todavía ciertos conceptos de permanente actualidad y que anda escasa de vocabulario en ciertos campos. Para rellenar dichos huecos conceptuales y de vocabulario, la lengua francesa, lengua latina hermana, puede suponer un gran aporte.
Dicha constatación me ha conducido a escribir este libro sobre el nuevo léxico francés de la prensa francófona, que abarca los dominios más importantes: desde la política y economía hasta los asuntos sociológicos más candentes; desde la ciencia y la tecnología hasta los medios de comunicación y las nuevas tecnologías; desde la psicología hasta la cultura y el deporte sin olvidar el hecho religioso. Tampoco podía faltar una aproximación lingüística y etimológica.
Respecto a la procedencia, el léxico que aporto procede básicamente de la prensa diaria y de los semanarios de información política. Evidentemente, dichos vocablos han sido consultados y completados con diccionarios en papel y en línea. Muy importante igualmente la función de las enciclopedias en línea para comprender los vocablos más recientes.
Respecto a la frecuencia de uso de dicho vocabulario, una parte de dichas palabras se emplean de forma muy habitual en prensa escrita, otra parte del vocabulario podría ser catalogada como cultismo y otra parte lo constituye la neología o neoterminología. Entre los cultismos o términos usados en ciertas ciencias o campos del saber los vocablos pueden coincidir con las palabras inglesas al tener un común origen latino.
Respecto a los anglicismos, dos precisiones:
Si el anglicismo procede del latín o del griego se debería utilizar su equivalente en español; si el anglicismo procede de una raíz germánica nos topamos con una estructura fonética y morfológica completamente diferente, lo cual nos debería conducir a crear un vocablo grecolatino o buscar en las lenguas romances hermanas una posible solución.
La neología francesa ha cosechado grandes éxitos en el campo de la informática: logicial, telecopia, diaporama, octeto etc; lo cual nos invita a ser creativos y no meros receptores de vocablos del inglés.
Uno de mis objetivos al escribir dicho libro se conseguiría si algunos términos fuesen usados en la prensa española o latinoamericana y una vez asentados en la lengua española podrían ser estudiados en la Comisión de Lexicología de la Real Academia de la Lengua Española.
Recordar el criterio de prudencia seguido tanto por la Academia Francesa como Española de la lengua a la hora de incorporar un vocablo al diccionario.
En cuanto a los términos greco latinos, nos encontramos con un cultismo fijado por el uso y nadie se ha fijado en la plasticidad y en la flexibilidad de dicho término cambiando los prefijos griegos o latinos.
Otra apreciación sobre los cultismos reside en su uso frecuente en el campo sobre todo de la medicina pero de la misma manera podríamos usarlos en otros campos.
Respecto al título del libro: EL VIVERO LÉXICO FRANCÉS, una lengua se asemeja a un bosque. De vez en cuando, dicho bosque necesita acudir a un vivero para reponer árboles o replantar nuevas especies en los claros de dicho bosque. Se recomienda acudir a un vivero próximo que disponga de parecidas condiciones climáticas y de suelo.
Aplicado a la lingüística, al proceder el francés y el español del mismo tronco latino, la adaptación de un vocablo francés al bosque léxico español está garantizada por similitud morfológica, etimológica y de estructura de la palabra.
La identificación de una lengua con el mundo vegetal es muy antigua. Muchas veces se compara a una lengua con un jardín. Igual que un jardín, una lengua requiere cuidados de limpieza, riego, arrancar plantas secas, plantar nuevas especies y por supuesto, recoger flores y perfumes.
Las palabras son como los injertos de plantas, así el mahaleb es un cerezo salvaje sobre el que se injertan los cerezos que van a entrar en producción.
Otros han comparado la neología con un semillero de plantas en vez de un vivero. Otros con un jardín botánico, pero siempre dentro del mundo vegetal.
Algunos escritores como Víctor Hugo comparaba a una lengua con un ser vivo y por tanto si una lengua no se renueva y crea nuevos términos acaba muriendo.
Rimbaud inventa palabras como bombinar, lactescente o estridor sin contar abracadabrantesco.
En las Cartas Marruecas, en concreto en la carta XXXV, se trasladan vocablos franceses al español de entonces. Sin embargo, no se trata de usar las palabras francesas sin motivo sino las que no existen todavía en español. Curioso el caso de la palabra calepino.
Anthony Burgess en la Naranja Mecánica crea vocablos. La mayoría son términos sin coherencia léxica y que han desaparecido; sin embargo otros como cancerette y dopette se han mantenido.
Este libro va destinado a todos aquellos amantes de la lexicología tanto francesa como española en primer lugar; en segundo lugar a los periodistas en general que pelean a diario por plasmar en palabras los acontecimientos y conceptos de actualidad, y en tercer lugar a los lectores en general interesados en la vida política y social.
En todo el libro se percibe una gran pasión y admiración por la lengua francesa, por su origen grecolatino, por la cultura que transmite y un gran interés por la prensa francófona.
Precisar que todos los conceptos políticos y sociales están sacados de la prensa francesa en general tanto de derechas como de izquierdas y que de ninguna manera los conceptos o expresiones políticas o sociales se corresponden o tienen relación con mi opinión personal.
Dicha constatación me ha conducido a escribir este libro sobre el nuevo léxico francés de la prensa francófona, que abarca los dominios más importantes: desde la política y economía hasta los asuntos sociológicos más candentes; desde la ciencia y la tecnología hasta los medios de comunicación y las nuevas tecnologías; desde la psicología hasta la cultura y el deporte sin olvidar el hecho religioso. Tampoco podía faltar una aproximación lingüística y etimológica.
Respecto a la procedencia, el léxico que aporto procede básicamente de la prensa diaria y de los semanarios de información política. Evidentemente, dichos vocablos han sido consultados y completados con diccionarios en papel y en línea. Muy importante igualmente la función de las enciclopedias en línea para comprender los vocablos más recientes.
Respecto a la frecuencia de uso de dicho vocabulario, una parte de dichas palabras se emplean de forma muy habitual en prensa escrita, otra parte del vocabulario podría ser catalogada como cultismo y otra parte lo constituye la neología o neoterminología. Entre los cultismos o términos usados en ciertas ciencias o campos del saber los vocablos pueden coincidir con las palabras inglesas al tener un común origen latino.
Respecto a los anglicismos, dos precisiones:
Si el anglicismo procede del latín o del griego se debería utilizar su equivalente en español; si el anglicismo procede de una raíz germánica nos topamos con una estructura fonética y morfológica completamente diferente, lo cual nos debería conducir a crear un vocablo grecolatino o buscar en las lenguas romances hermanas una posible solución.
La neología francesa ha cosechado grandes éxitos en el campo de la informática: logicial, telecopia, diaporama, octeto etc; lo cual nos invita a ser creativos y no meros receptores de vocablos del inglés.
Uno de mis objetivos al escribir dicho libro se conseguiría si algunos términos fuesen usados en la prensa española o latinoamericana y una vez asentados en la lengua española podrían ser estudiados en la Comisión de Lexicología de la Real Academia de la Lengua Española.
Recordar el criterio de prudencia seguido tanto por la Academia Francesa como Española de la lengua a la hora de incorporar un vocablo al diccionario.
En cuanto a los términos greco latinos, nos encontramos con un cultismo fijado por el uso y nadie se ha fijado en la plasticidad y en la flexibilidad de dicho término cambiando los prefijos griegos o latinos.
Otra apreciación sobre los cultismos reside en su uso frecuente en el campo sobre todo de la medicina pero de la misma manera podríamos usarlos en otros campos.
Respecto al título del libro: EL VIVERO LÉXICO FRANCÉS, una lengua se asemeja a un bosque. De vez en cuando, dicho bosque necesita acudir a un vivero para reponer árboles o replantar nuevas especies en los claros de dicho bosque. Se recomienda acudir a un vivero próximo que disponga de parecidas condiciones climáticas y de suelo.
Aplicado a la lingüística, al proceder el francés y el español del mismo tronco latino, la adaptación de un vocablo francés al bosque léxico español está garantizada por similitud morfológica, etimológica y de estructura de la palabra.
La identificación de una lengua con el mundo vegetal es muy antigua. Muchas veces se compara a una lengua con un jardín. Igual que un jardín, una lengua requiere cuidados de limpieza, riego, arrancar plantas secas, plantar nuevas especies y por supuesto, recoger flores y perfumes.
Las palabras son como los injertos de plantas, así el mahaleb es un cerezo salvaje sobre el que se injertan los cerezos que van a entrar en producción.
Otros han comparado la neología con un semillero de plantas en vez de un vivero. Otros con un jardín botánico, pero siempre dentro del mundo vegetal.
Algunos escritores como Víctor Hugo comparaba a una lengua con un ser vivo y por tanto si una lengua no se renueva y crea nuevos términos acaba muriendo.
Rimbaud inventa palabras como bombinar, lactescente o estridor sin contar abracadabrantesco.
En las Cartas Marruecas, en concreto en la carta XXXV, se trasladan vocablos franceses al español de entonces. Sin embargo, no se trata de usar las palabras francesas sin motivo sino las que no existen todavía en español. Curioso el caso de la palabra calepino.
Anthony Burgess en la Naranja Mecánica crea vocablos. La mayoría son términos sin coherencia léxica y que han desaparecido; sin embargo otros como cancerette y dopette se han mantenido.
Este libro va destinado a todos aquellos amantes de la lexicología tanto francesa como española en primer lugar; en segundo lugar a los periodistas en general que pelean a diario por plasmar en palabras los acontecimientos y conceptos de actualidad, y en tercer lugar a los lectores en general interesados en la vida política y social.
En todo el libro se percibe una gran pasión y admiración por la lengua francesa, por su origen grecolatino, por la cultura que transmite y un gran interés por la prensa francófona.
Precisar que todos los conceptos políticos y sociales están sacados de la prensa francesa en general tanto de derechas como de izquierdas y que de ninguna manera los conceptos o expresiones políticas o sociales se corresponden o tienen relación con mi opinión personal.
El injertador de palabras
El vivero léxico francés
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Autor:
Francisco Muñoz Laso
- Código del producto: 6971
- Colección: Aula; Primaria, ESO, Bachillerato y F.P
- Categoría: Economía, finanzas, empresa y gestión, Lenguaje y lingüística, Industria y estudios industriales, Lenguaje: consulta y general, Lingüística
- Temática: Noticias y periodismo, Guías de redacción y corrección de textos, Lingüística
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ISBN:
- 9788499498041 - ePub Cómpralo aquí
- Idioma: Español / Castellano